LAS CONCESIONES DE INFRAESTRUCTURAS
Una concesión es un “negocio jurídico por el cual la Administración cede a una persona facultades de uso privativo o de una pertenencia de dominio público o la gestión de un servicio público en plazo determinado bajo ciertas condiciones” (RAE). Es una figura de contratación que está regulada por Directivas europeas y la Ley de Contratos del Sector Público y que mantiene en todo momento la titularidad de la infraestructura o del servicio en manos de la Administración.
España ha sido pionera en el desarrollo de infraestructuras mediante concesiones, permitiendo así el desarrollo económico y social del país y posicionando a nuestras empresas como líderes mundiales en esta modalidad de contratación.
Este tipo de contratos ofrecen numerosas ventajas frente a los contratos tradicionales de obras y servicios:
– Adelantamiento de los beneficios sociales cuando hay restricción presupuestaria. Cuando se retrasa el desarrollo de las infraestructuras, se retrasan también los beneficios inherentes a las mismas.
– Eficiencia derivada de la integración del ciclo de proyecto. En los PPP las fases del ciclo de vida de un proyecto (diseño, construcción, mantenimiento y explotación) son desarrolladas por la misma empresa, pudiendo así optimizar los recursos con una visión global e integrada.
– Eficiencia derivada de la gestión y asignación de los riesgos. La traslación a la empresa de riesgos del proyecto garantiza que ésta tenga incentivos para mejorar la gestión, lo que redundará en ahorros de costes y mayores beneficios para toda la sociedad.
– Incentivos para ajustarse a los plazos y presupuestos originalmente establecidos. El juego de los premios o penalizaciones contractualmente fijados opera como un estímulo para el cumplimiento de los plazos por parte de la empresa concesionaria.
– Mejora de calidad de servicio a los usuarios. El modelo PPP permite vincular contractualmente la calidad de servicio a los ingresos de la concesionaria, así preservar la calidad se convierte en un objetivo primordial.
– Incentivos a la innovación. En contratos de gestión de infraestructuras de largo plazo se potencia la capacidad de innovación del concesionario para diferenciarse de los competidores.
– Menores costes de transacción: reducción del número de contratos a gestionar por el sector público. La Administración reduce el número de contratos que tiene que licitar y gestionar.
– Retorno fiscal. Es habitual que los impuestos tengan un peso importante sobre la inversión inicial, lo que genera un retorno a las Administraciones a lo largo de la vida de la infraestructura.
– Cómputo: Evitar que la inversión compute como deuda pública cuando se da una transferencia de riesgos eficiente.
– Equidad intergeneracional. Reparte la inversión a lo largo de su vida útil de forma que su pago no recae exclusivamente en la generación de contribuyentes que ve construir la obra.
Existe gran literatura describiendo las bondades y modalidades de las concesiones. Podrá consultar más información en:
DOCUMENTACIÓN SOBRE CONCESIONES
La decisión de si utilizar o no este tipo de modalidad de contratación por parte de las administraciones contratantes para desarrollar una infraestructura debe basarse en un análisis objetivo que evidencie los beneficios de realizar la obra mediante concesión en lugar de contratos tradicionales de obras o servicios. La metodología que se utiliza para ello es la denominada “Value for money”. En el siguiente enlace podrá consultar ejemplos de Value for Money aplicados a grandes proyectos en todo el mundo.
DOCUMENTACIÓN SOBRE VALUE FOR MONEY
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